sábado, 25 de abril de 2009

Redes: Telégrafo Óptico de Chappe

Y es que no hay desencadenante más motivador que una situación bélica para que el Hombre irrumpa en una frenética carrera por la Tecnología. A finales de 1700, Francia; con su recién estrenada república, entra en guerra con Prusia (1792, Abril), con Inglaterra y Holanda (1793, Febrero) y con España (1793, Marzo). Una situación de confrontación con casi todas las naciones con las que compartía frontera, que hacía imperante el disponer de un sistema de comunicación con todos los ejércitos para derivarlos hacia las dispersas contiendas que por aquí y allí se libraban.

Un poco antes, Claude Chappe [inventor francés. Brulón: 1763, Diciembre - París: 1805, Enero] ideó (1790) un código de señales ópticas para poder transmitir signos alfabéticos y numéricos a distancia. Realizó las primeras pruebas (1791, Marzo) y remitió (1792, Mayo) sus ensayos y conclusiones a la Convención francesa. El sistema telegráfico óptico de Chappe fué estudiado por el gobierno jacobino de Robespierre (1793); gracias también a que Ignace Chappe, hermano de Claude, fue miembro de la Asamble Legislativa durante la Revolución. Se le concedió una subvención de 6.000 francos y la primera línea operativa se estableció entre París y Lille (1794): una red de telegrafía óptica de 230 kilómetros soportada sobre 22 torres, la última de las cuales quedaba ubicada en la cúpula del Louvre. El primer telegrama de la historia (1794, 19 de Julio) no podía contener otra cosa que un despacho de guerra: la toma de las plazas fuertes de Landrecies y de Condé-sur-L'Escaut por parte del ejercito republicano francés arrebatadas a las fuerzas austriacas. Mensaje que recibió París en menos de una hora después de los acontecimientos.

Chappe había determinado experimentalmente que era más fácil observar y distinguir ángulos en una vara ubicada a una cierta altura. El diseño final presentaba un mástil que elevaba un elemento llamado regulador, en cuyos extremos se disponían de dos piezas de menor longitud llamados indicadores. Estos brazos, de 3 x 0,3 metros y pintados de negro, estaban contrapesados para mejorar su manejo con sólo dos manijas. Se hicieron experimentos con faroles colocados en los brazos para un uso nocturno, pero demostraron una nula eficacia. El sistema podía adoptar 196 posiciones útiles. Entre las torres había una distancia de 12 a 25 km. Cada torre disponía de un telescopio o un catalejo apuntando a la torre anterior y posterior de la línea.

La idea de que este sistema de comunicaciones pudiese ser un emblema de la nueva Francia como estado educador de la vieja Europa impulsó aún más el desarrollo y la extensión de esta red óptica. Sin embargo, se sospecha que la poderosa razón por la que aquellos gobernantes franceses tomasen tanto interés en esta pionera red de comunicación no fué otra que atajar las revueltas federalistas que acontecieron en las principales ciudades francesas y que tanto desestabilizaban al gobierno de Robespierre. Así pues, para lograr la unidad ideológica en toda Francia, Robespierre decidió instituir sedes jacobinas en aquellas ciudades francesas, similares al primer club fundado en un café de Versalles por radicales diputados bretones incorporados a los Estados Generales. Dichas sedes deberían quedar perfectamente coordinadas entre sí y mantener los mismos principios, transmitiendo el Pensamiento Ilustrativo del siglo XVIII.

En la perfección de su sistema Chappe contó con la inestimable ayuda de Abraham Louis Breguet [relojero suizo. Neuchâtel: 1747, Enero - París: 1823, Septiembre] quien incorporó algunos dispositivos al primitivo prototipo. El éxito de la primera línea París-Lille posibilitó el crecimiento de una vasta red de telegrafía óptica en Francia y a su inventor se le concedió el primer título mundial de Ingeniero Telegrafista (1793) como reconocimiento a sus trabajos. Cuando a mediados del siglo XIX apareció la telegrafía eléctrica, el entramado de la red óptica en Francia alcanzaba casi los 5.000 kilómetros. Supuso el primer sistema práctico de telecomunicaciones, pero el telégrafo eléctrico terminó por imponerse (1846) por intereses del gobierno francés.

La idea de Chappe fue llevada a otros países como Inglaterra de la mano de Lord George Murray [inventor y clérigo inglés: 1700 - 1760]. Y en España, encontramos el trabajo precursor de Agustín de Betancourt y Molina [ingeniero español. Puerto de la Cruz. Tenerife: 1758 - San Petesburgo: 1824 ] y, posteriormente, de José María Mathé Aragua [Servicio Estado Mayor del Ejercito Español. San Sebastián: 1798 - 1875].